El pasado mes de marzo, tres días antes del Domingo de Ramos, técnicos y bomberos tuvieron que intervenir de urgencia, a altas horas de la madrugada, para demoler la cornisa del señero edificio barroco de calle Carretería nº 9, que amenazaba con desplomarse sobre la acera. La caída de unos cascotes dio el oportuno aviso que, de no haberse detectado a tiempo, podría haber sembrado la tragedia en nuestra Semana Santa.
En Torre Vigía dimos la noticia (La tragedia sobrevuela Carretería 9) y denunciamos públicamente a la Gerencia de Urbanismo y a la propiedad por el estado de abandono y dejadez que el edificio había sufrido durante los últimos años y que en cualquier momento podía haber causado una desgracia,que por suerte no se produjo:
Evolución de la degradación del edificio de Carretería 9.
Desde 1998 hasta nuestros días.
Desde 1998 hasta nuestros días.
(Fuente: blog Edifeicios).
Este desgraciado inmueble, que cuenta con protección arquitectónica de nivel I, refleja el estado actual de nuestro patrimonio y la inactividad de la Gerencia de Urbanismo, que con frecuencia y por decisiones más políticas que técnicas, se inhibe de tomar cartas en el asunto.
La ley le exige a la Gerencia que actúe inmediatamente en los solares y edificios en ruinas que lleven más de un año de abandono. Para ello existe un "Registro Municipal de Solares" donde es obligatorio darlos de alta para, a continuación, expropiarlos y subastarlos públicamente.
Sin embargo, desde la Gerencia de Urbanismo se prefiere no actuar, aún a sabiendas de que se está incumpliendo la ley. La inactividad es tan flagrante que nos hace pensar al colectivo Torre Vigía que detrás de este hecho hay presiones políticas muy fuertes, interesadas en mantener el status quo de estos edificios y solares. De otro modo no se entiende a qué se espera para iniciar un proceso exigido por la ley y que se retroalimenta, ya que las subastas de los primeros edificios darín la liquidez necesaria para las siguientes expropiaciones, lo que haría que en poco tiempo se diera un vuelco al Centro Histórico al permitir una rápida rehabilitación.
Pero por una vez, y esperemos que sirva de precedente, el buen hacer de algunos técnicos de la Gerencia de Urbanismo, (que se han impuesto a la desidia habitual), junto con la disposición de la propiedad a salvar lo que ha quedado del inmueble, nos ha deparado una agradable sorpresa.
En los trabajos que acaban de comenzar, se está consolidando la estructura y todos aquellos elementos que se salvaron del expolio. Asimismo, se reconstruirá la cubierta demolida por los bomberos. Y gracias a la acertada intervención de los técnicos, que pudieron recuperar muchas de sus tejas originales, la cubierta tendrá un aspecto muy similar a la original.
En cuanto a la fachada, ya se ha picado, no sin antes haber realizado el preceptivo estudio cromático que ha reflejado los colores originales del edificio y que, salvo sorpresas, serán los mismos que podremos ver dentro de poco y que devolverán a la calle Carretería una de sus fachadas más señeras.
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