miércoles, 18 de junio de 2014

Expolian y vacían el edificio de Carretería 31


Carta de un vigía:

Desgraciadamente la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) no vela por nuestro derecho a disfrutar y aprender de los restos materiales de nuestra historia, ni de gozar de un buen medio ambiente urbano, con edificios construidos con las técnicas que siglo tras siglo han demostrado ser las más sostenibles.

El catálogo de edificios protegidos del Centro Histórico es una de las herramienta que la Gerencia de Urbanismo tiene para proteger legalmente el conjunto histórico de Málaga, declarado hace algunos años Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía. Sin embargo, dicho catálogo es tan solo una mínima expresión de los valores arquitectónico de nuestro Centro Histórico: estamos ante una lista escuálida centrada en edificios de cierto recargamiento ornamental decimonónico, mientras hay ausencias clamorosas de los siglos XVII y XVIII, o del antaño rico patrimonio industrial. Dentro de los pocos edificios que cuentan con el privilegio de tener ficha en el catálogo, en la mayoría de los casos la protección se reduce a la distribución de huecos y/o alturas exteriores, siendo los interiores muy singulares aunque carentes de protección, por lo que los ciudadanos no llegarán a conocerlos, aun siendo patrimonio de todos los malagueños. Patios rodeados de columnas, fuentes domésticas y forjados de madera desaparecen a un ritmo vertiginoso sin que apenas podamos saber de su existencia, ante la desidia de los propietarios para conservarlos y el nulo interés de la Gerencia de Urbanismo en acatar la protección BIC de nuestro Centro Histórico.

La última víctima es Carretería nº 31, cuya ficha del PEPRI es tan raquítica que tan sólo protege la secuencia de sus cierros, originalmente dos, pero hoy en día sólo uno, y que por tanto es de esperar que sean sustituidos por vulgares imitaciones de aluminio (como suele suceder). El edificio en cuestión figura en la ficha como obra de 1847, aunque su origen claramente es muy anterior, tanto por sus caracteríscos balcones como por el patio de tradición dieciochesca que han podido contemplar algunos vigías. El resto de malagueños no llegaremos a verlo, debido a que en estos momentos se está vaciando, una vez que se han expoliado sus materiales más significativos.


Datar los edificios con una fecha posterior al de su construcción es un error muy común en las fichas del PGOU, ya que en la Gerencia de Urbanismo tienen como práctica habitual tomar como año de origen del edificio el que aparecen en el primer registro catastral, por lo que en la mayoría de los casos los edificios son décadas o incluso siglos más antiguos que lo indicado. Esta mala práctica les resta antigüedad a unos inmuebles cuyo mayor valor estriba en ser los últimos testigos de su época y de las soluciones constructivas de su tiempo. Aunque a simple vista es fácil datar los orígenes estilísticos de cada edificio, la Gerencia de Urbanismo, (que pagamos todos), prefiere no hacer el trabajo que le corresponde. Ello se debe a que este organismo tiene como función primordial la expansión urbanística de la ciudad (que hasta hace poco era una inmensa fuente de financiación para el Ayuntamiento), mientras que la conservación del patrimonio arquitectónico es tan solo una molestia que la legalidad española les impone. Quizás debería tener cabida en las tareas de protección un departamento como Cultura, reservado hoy en día para charanga y pandereta, o incluso un departamento exclusivamente dedicado al Patrimonio Histórico. Por supuesto, del papel de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía no tenemos nada que decir, porque desde hace años renunciaron a ejercer su función de tutela y vigilancia en la ciudad de Málaga. A saber por qué...

miércoles, 4 de junio de 2014

¿Recuperación del Centro Histórico de Málaga?


Asistentes al acto. Fuente: Asociación de Vecinos Centro Antiguo.

Ayer martes se celebró en la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País una ponencia y posterior debate, titulados: «Recuperación integral del Centro Histórico de Málaga 1994-2004», organizados por la Asociación de Vecinos Centro Antiguo y el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU).


La convocatoria fue todo un éxito de participación vecinal, lo que desmiente la idea de la apatía generalizada que nos venden desde los medios de comunicación. Y es que cuando un asunto afecta directamente a los vecinos, basta con poner un mínimo de interés para que la participación y éxito de la convocatoria estén garantizados.

Lamentablemente, las ponencias no estuvieron al nivel de las expectativas vecinales. Aunque hubo críticas muy medidas, predominaron las alabanzas a la buena gestión municipal, fomento de la actividad hostelera, embellecimiento, mejora del ornato, peatonalización de calles y aumento de la actividad comercial. En cambio, los vecinos se encargaron de recordar su duro día a día, presidido por solares, ruidos, basuras, ratas, malos olores, masificación, macroterrazas.

Imagen de la calle Tomás de Cozar, modelo de rehabilitación municipal para los técnicos del OMAU.
Fuente: Edifeicios.

En momentos se rayó el absurdo, como cuando se defendió el estudio de detalle que realizó en 2008 la universidad de Milán sobre la calle Tomás de Cózar, en el que se destacaban sus valores patrimoniales y de conjunto, obviando que el actual equipo de gobierno la ha DEMOLIDO casi en su totalidad; o cuando se trató la buena gestión de los fondos europeos, con los que se han realizado demoliciones como en Molinillo del Aceite, ensanche de Heredia o en el entorno de calle Camas. Una ponente llegó a considerar modélica la labor de rehabilitación por parte de la Oficina Municipal de Rehabilitación, instalada en lo que antaño fue un antiguo y encantador adarve musulmán, pero que hoy en día es una plaza absurda, fría y presidida por una torre descontextualizada. Al menos tuvo la sensatez de reconocer los errores del fachadismo. Un aspecto en común que tuvieron las ponencias fue en achacar a la crisis, y apenas a la mala gestión, el desastre actual.

Ocupación masiva de la vía pública por parte de determinados negocios hosteleros. Fuente: blog Mare Nostrum.
Así que en el debate posterior, los ciudadanos cansados de vivir en una ciudad escenario, donde importa más un crucerista que un malagueño, pudieron explayarse y sacar a relucir sus problemas diarios, sus carencias, sus quejas y sus propuestas de cambio. En unos minutos, la supuesta buena gestión municipal quedó desenmascarada.
 
El OMAU, institución municipal que pagamos entre todos y donde confluyen excelentes vistas, sueldos abultados e informes innecesarios.


Y es que a estas alturas, descender desde la burbuja de hormigón y cristal, (que los directivos del OMAU se construyeron con nuestro dinero en el cerro del Morlaco), para hacer precampaña a favor de los actuales dirigentes municipales, mientras que los vecinos del Centro Histórico, tienen que soportar a diario innumerables penalidades, resulta lamentable. Una desconexión con la realidad que a nadie le extraña, cuando se trata de una institución creada hace 20 años y de la que todavía no conocemos claramente ni su cometido ni el beneficio que aporta a la sociedad.

Aspecto reciente de calle Fresca, uno de los enclaves más singulares y fotografiados de la ciudad.
Muestra del escaso interés y falta de sensibilidad con los vecinos fue el hecho de que acudieran, del equipo de gobierno municipal, tan solo la concejala del distrito Centro, así como el director general de Medio Ambiente. Sin embargo, ni el concejal de Urbanismo, Francisco J. Pomares, ni el de Cultura hicieron si quiera acto de presencia.
 
Desde Torre Vigía queremos apoyar a los vecinos en su lucha por recuperar la calidad de vida que nos merecemos todos los malagueños, pero que a ellos se les niega, con la excusa del fomento de un turismo barato y de masas, devorador de recursos, generador de empleo precario y cuyos beneficios económicos van a parar tan solo a un selecto grupo de empresarios.

Por un patrimonio habitable.