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Cementerio declarado BIC pero donde el vulgar cemento campa a sus anchas. |
La ciudad de Málaga perdió el rumbo hace más de medio siglo, cuando, incapaz de mantener la actividad industrial que siempre la caracterizó y desechados los modelos de crecimiento sostenible y de turismo selecto, con los que comenzara el siglo XX, se lanzó a una alocada carrera de crecimiento a toda costa, demoliendo masivamente sus barrios históricos, así como buena parte de su Centro y mandando una gran parte de su patrimonio histórico y artístico al vertedero, sin más.
Y dicho y hecho, nuestros próceres dispusieron generosamente de nuestro
dinero público y así comenzaron a surgir, como setas, una serie de salas
de exposiciones, (que no museos), con nombres tan rimbombantes como las
largas colas de público en el día de su inauguración. Grandes titulares
de prensa, informativos, noticieros, los medios de comunicación
alabando el gran impulso cultural que se le está dando a la ciudad,
decenas de políticos estirando el cuello para salir en un sinfín de
fotos... Sin embargo, como la derrota es huérfana, nadie se hará cargo
del fracaso que se avecina: escaso número de visitantes, enormes costes
de mantenimiento y de renovación o el caracter temporal de estos
proyectos, harán que dentro de poco tiempo, lo que vino se vaya sin dejar
más que deudas y una mala resaca. Eso sí, más de uno dirá que le quiten lo bailao.
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Sustitución del recubrimiento de cal y conchas de 150 años por cemento. |
Y con este panorama, un vecino del Cementerio Inglés de Málaga,
declarado por la Junta en 2012 Bien de Interés Cultural (BIC), nos avisa
horrorizado, que la Fundación que gestiona el camposanto, está arrasando
el centenario recubrimiento de cal y conchas que adornan las tumbas más antiguas,
para recubrirlas de cemento. Eso sí, en algunas han tenido el detalle de colocar de aquella manera otras conchas, aunque nuevas y de
otra especie. Eso sin hablar de las chapuzas de reparaciones que se ven
por doquier:
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Detalle de la chapuza. |
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Chapuza a medio hacer. |
Y de la parte alta, donde al parecer suele acampa Atila con toda su tribu de hunos, mejor no hablamos. Pero
a quién le importa nuestra cultura y nuestra historia, cuando tenemos un
cubo de cristal en el puerto. Y los cristales son de colores. Quién da
más.