Hace poco más de un mes, solicitábamos al Ayuntamiento desde TORREVIGÍA la conservación de los empedrados artísticos existentes en el entorno de calle Granada que, según el proyecto publicado, iban a ser sustituidos por la costosa y anodina piedra de Sierra Elvira. Además, proponíamos la extensión de este tipo de empedrados por otras calles de nuestro Centro Histórico, para lo que lanzábamos la idea de crear una escuela taller municipal, en la que jóvenes malagueños pudieran aprender este singular oficio y trabajar en la colocación y mantenimiento de dichos empedrados tradicionales. La idea era la de emplear el dinero público en formar y dar trabajo a nuestros conciudadanos en vez de malgastarlo en la compra de caros mármoles. Esta idea fue "recogida" por uno de los grupos políticos municipales, que la llevó a pleno poco después donde fue aprobada por unanimidad.
Claro, quién se opone a una idea tan razonable...
Cuál no sería nuestro estupor cuando, ayer por la mañana al pasar por calle Compañía, a la altura de Fajardo, pudimos contemplar cómo se estaba renovando el pavimento con nuevas losas de Piedra de Sierra Elvira, la favorita del Ayuntamiento. Y no solo eso, sino que los trabajadores encargados de su colocación eran de origen chino, (no sabemos si también los favoritos del Ayuntamiento), como ya ocurriera en la misma calle hace tan solo un par de años cuando se inauguró el museo Thyssen.
En ningún momento la intención de este comentario es la de suscitar sentimientos racistas ni xenófobos contra trabajadores de otras nacionalidades, sino la de señalar la mala fé de nuestros políticos que gestionan el dinero público, el nuestro, bajo premisas y para el beneficio de intereses privados: los del marmolista y contratista, por citar algunos...
Trabajadores chinos colocando el nuevo pavimento de calle Compañía esquina con Fajardo. 05/06/2013
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