El expediente para incrementar el nivel de catalogación del inmueble ha estado cuatro años paralizado.
La denuncia efectuada el mes pasado por el grupo municipal de Izquierda Unida, la asociación de vecinos Centro Antiguo y el blog Salvemos Málaga sobre el estado de abandono de un caserón del siglo XVIII, ubicado en el número 10 de la calle Madre de Dios, ha tenido su efecto en las decisiones del equipo de gobierno del PP. Así, tras cuatro años de parálisis, el expediente para elevar el nivel de protección arquitectónica del inmueble, iniciado en marzo de 2005, se retomará en la comisión de Ordenación del Territorio que se celebra mañana, previa al pleno de la semana que viene.
El último trámite que se efectuó sobre el caso en cuestión data del mes de abril de 2008, cuando la Gerencia Municipal de Urbanismo emitió un informe en el que daba luz verde a seguir con el expediente -que recibió informes positivos de la Junta de Andalucía- y avalaba la posibilidad de activar igualmente un procedimiento de estudio de detalle que diera cobertura legal a la rehabilitación del inmueble para realizar viviendas y un local comercial. Precisamente en 2005, el Consistorio rechazó un proyecto del propietario de la casa en ese sentido porque debía realizarse por ese procedimiento.
Más protección
El objetivo del expediente en cuestión es que pase de contar con un grado de protección ambiental -que podría permitir su derribo- a otro de protección arquitectónica de nivel dos, que obliga a mantener los elementos que se consideren más destacados y singulares. Y así será, aunque siete años después de que se iniciara el trámite, una vez que el pleno de la semana que viene apruebe de manera definitiva la preceptiva modificación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Centro.
En la comisión de Ordenación del Territorio de mañana, al mismo tiempo que se aprueba el aumento de protección, se debatirá una moción del portavoz adjunto de IU, Eduardo Zorrilla, para exigirla. Igualmente, la formación pide que se realice una «exhaustiva inspección» del inmueble para exigir al propietario el cumplimiento del deber de conservación. Y es que el estado del edificio es penoso. Se le ha tenido que colocar una red en la parte inferior de la fachada para que evitar que caigan cascotes sobre los viandantes. Un informe técnico del miércoles de la semana pasada advierte de que es necesario ejecutar «medidas cautelares tendentes a paliar la progresión del deterioro que sufre el edificio».
Diario Sur, 18/09/2012
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