Los característicos bordillos malagueños de piedra caliza, con tonos blancos, cremas y rosáceos, están siendo arrancados por toda la ciudad. Durante un siglo, y gracias a su dureza, han sido reutilizados innumerables veces en las continuas reformas de acerado, en las que se intentaba conservarlos y reutilizarlos, por su durabilidad y por el gran ahorro de dinero que suponían.
Pero ahora Málaga es una ciudad distinta, con gustos de "nuevo rico" y donde todo lo "viejo" sobra. Por eso asistimos con estupor al arranque de los tradicionales bordillos, para ver cómo se sustituyen por otros de hormigón, más vulgares, anodinos, que además al ser grises como el pavimento, no delimitan visualmente la acera de la calzada, como sí hacían los de caliza. Pero para colmo, al tener menos resistencia al desgaste, necesitarán ser renovados a medio plazo, con lo que ya tenemos asegurada una nueva obrita pública.
Estas imágenes son de hoy mismo en Eugenio Gross, donde ya han desaparecido todos los de la acera este.
Bordillos de piedra apilados para verterlos en la cuba de escombros. |
Arranque de los bordillos de piedra natural |
Bordillos de hormigón preparados para su colocación. |
¿Se pueden hacer peor las cosas?