lunes, 28 de abril de 2014

Renovación urbanística y pinturas murales

Palacio con pinturas murales en Génova. En su restauración se respetaron hasta las contraventanas de madera. Imagen del blog Finestre di Liguria

Hace un mes se celebraba en Málaga un ciclo de conferencias titulado: Las arquitecturas pintadas en Málaga: Ayer y Hoy. Organizado por el Ayuntamiento y la Universidad, los distintos profesionales que participaron expusieron sus trabajos de restauración, sus opiniones y sus demandas ante un público muy interesado, al que sin embargo se le negó la posibilidad de participar en los debates, ya que simplemente no los hubo, al decidir la organización eliminar los turnos de preguntas tras cada conferencia, para trasladar cualquier posibilidad de participación a la breve mesa redonda del último día. En suma, unas conferencias organizadas con dinero público pero donde el público no interesa. Algo muy propio de este país.

Mientras las casas barrocas se demuelen en Málaga por tratarse de "cochambre", sus pinturas sirven de aliciente para organizar numerosas conferencias, publicaciones, estudios y viajes.  

El hilo conductor del ciclo fue la conservación de las escasas muestras de pinturas murales que nos han llegado hasta nuestros días; testigos de una época donde la apertura al comercio americano de nuestro puerto, trajo una prosperidad que llevó a cubrir con pinturas murales casi la totalidad de edificios, tanto civiles como religiosos.

Sin embargo, algo que pudo apreciarse en varios conferenciantes, fue que el gran interés en conservar las pinturas murales iba acompañado de un escaso interés por el edificio que las sustentaba. De hecho, miembros de la Gerencia de Urbanismo llegaron a comentar que la conservación de las pinturas no debía entorpecer la renovación urbanística... Renovación urbanística, eufemismo que en Málaga tiene tintes dramáticos para nuestro patrimonio.

De hecho, se animó a que esta renovación urbanística no se viera entorpecida por la existencia de las pinturas, ya que según ellos, siempre se pueden ubicar en la nueva promoción que se levante en el solar, o como el caso de la casa barroca demolida en calle Postigo (por encontrarse fuera de planeamiento después de 250 años), sus pinturas pueden trasladarse y exhibirse en cualquier otro lugar (en este caso en el interior de un edificio de calle Granada).

Casa barroca demolida en calle Jinetes 23. La falta de aprecio por nuestra arquitectura vernácula ha convertido el barrio en un inmenso solar y ha mandado sus posibilidades turísticas al vertedero. Fotografía de un vigía.

Pues bien, mientras se desarrollaba el ciclo de conferencias, la renovación urbanística alcanzó al número 23 de calle Jinetes, una de las poquísimas viviendas del barrio Alto que aún conservaba pinturas murales y de la que tan solo nos queda esta foto, tras la visita de la piqueta.

Desconocemos si las pinturas murales fueron rescatadas, ya que por la foto que nos mandó un vigía de la zona tan solo podemos asegurar que se estudiaron. Pero si se trasladaron en su totalidad, en parte o directamente se descartaron, es algo de lo que aún no tenemos constancia. Por desgracia, esas decisiones dependen en gran medida de técnicos municipales, cuyos jefes están más preocupados en facilitar la renovación urbanística que en rescatar las muestras artísticas de nuestro pasado.

Actuación en las pinturas murales de calle Jinetes 23. Fotografía de un vigía.

En caso de que las pinturas se hayan extraído, dormirán el sueño de los justos en algún almacén municipal, hasta que el promotor se anime a construir un bloquecito, que por supuesto tendrá otra distribución de huecos, por lo que las pinturas en caso de recolocarse quedarán forzadas y desubicadas (como en Carretería esquina Postigo de Arance); o bien representarán huecos que ya no existen (como en el museo Thyssen); o bien se expondrán en cualquier otro sitio que nada tenga que ver con el edificio original (calle Postigo-Granada).Y por supuesto, ni hablar de hacerlas acompañar con los cierros de forja, canales vidriadas, aleros de teja y todos aquellos elementos que le daban unidad y singularidad a las pinturas; primero porque rara vez se rescatan durante la demolición y segundo porque al tratar las pinturas como cuadros de un museo, el contexto tiende a despreciarse.


Pinturas murales del museo Thyssen, en el pasaje de Los Mártires. Tratar las pinturas como cuadros lleva a resultados asépticos, poco estéticos y nada históricos.  

Paradójicamente, en las citadas jornadas, Patrizia Falzone, profesora de la universidad de Génova, insistía en la importancia de la vinculación existente entre las pinturas murales, la arquitectura interior de los edificios y la arquitectura circundante. Hablaba de perspectivas, de puntos de vista, de armonía de colores, de texturas, de detalles compositivos... Y aunque la conferencia transcurrió en italiano, las imágenes que acompañaban al discurso hablaban por sí mismas... Pero claro, la buena mujer venía de Génova (Italia) donde la conservación y puesta en valor del patrimonio es un asunto de estado. En lugares más atrasados como Málaga, tales ideas revolucionarias aún no tienen cabida en esas mentes asiduas al gran sarcófago de acero, hormigón y cristal que es la Gerencia del Urbanismo Malaguita.


 En Génova la renovación urbanística se ha hecho respetando el pasado y dotándolo de una nueva vida.
Imagen del blog Finestre di Liguria

 Monte di Portofino. Imagen del blog Finestre di Liguria

Muro de una villa en Génova. Imagen del blog Finestre di Liguria

1 comentario:

  1. En calle Jinetes se levantó un teatrillo cuyo local cedió la Diputación a mi abuelo el escritor Adolfo Reyes. Sabe Vd algo sobre ese lugar, si había algún organismo oficial en esa calle. Estoy estudiando su vida y visité la calle hace varios años. Pude sorprenderme con esta casa que han demolido y que tanto me gustó y sorprendió por su tipismo. Lo siento mucho.

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