viernes, 9 de diciembre de 2011

Las estatuas de calle Alcazabilla se encuentran arrumbadas en un almacen de la Junta


Si hay una calle malagueña que pueda reflejar el cambio de concepto que para el centro histórico supuso la llegada del siglo XX es sin duda calle Alcazabilla. El amplio paseo al que se asoman actualmente la Alcazaba, el Teatro Romano, la Aduana, varias casas hermandad y la trasera del museo Picasso, las innumerables terrazas que han proliferado por la zona y los miles de turistas que la recorren a diario nos hacen olvidar que hasta hace un siglo esta calle se reducía a una angosta y tortuosa callejuela que comunicaba el antiguo puerto de Málaga, a la altura del famoso Boquete del Muelle, con la salida natural de la ciudad por los Montes, a través de calle Victoria y Fuente Olletas.

Y fue la implantación del tranvía en nuestra ciudad junto con las necesidades crecientes de movilidad lo que impulsó al consistorio de entonces a expropiar todas las casas de la zona y ampliar Alcazabilla para crear así una moderna avenida que facilitara la comunicación rodada.


Poco después y debido a los esfuerzos de D. Juan Temboury para recuperar la Alcazaba, se fueron expropiando y demoliendo todas las casas situadas tanto en el interior del recinto como en la ladera del monte, con lo que el espacio abierto fue ganando amplitud hasta que en la década de los 40 se decidió construir la tan necesaria Casa de la Cultura, en uno de los solares resultantes de las anteriores demoliciones. Magnífico edificio que dotó a Málaga de una gran biblioteca… y de un teatro Romano… Pero eso ya es otra historia...



El caso es que en las obras de reurbanización de la zona se instalaron unas estatuas que sin llegar a ser monumentales sí que le devolvían a la zona parte del embrujo de tiempos pretéritos. Dichas estatuas han desaparecido en la última reforma urbana y actualmente se encuentran en un almacén de la Junta de Andalucía, donde duermen el sueño de los justos. No es nuestra ciudad prolija en obras de arte urbanas, por lo que desde Torre Vigía pedimos su recuperación para que puedan acompañarnos con su callada presencia.




Así mismo, recordamos que la estatua del insigne Ibn Gabirol perdió el pedestal hace unos años y ahora se encuentra este ilustre filósofo y poeta, judío andalusí y malagueño, a la altura del barro. Desconocemos el paradero del pedestal que lo elevaba, aunque quien sabe, igual se encuentra en ese misterioso almacén de la Junta, cementerio de nuestro patrimonio perdido.


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